lunes, 30 de junio de 2014

GOTAS

Hay gotas que refrescan,
gotas que alivian la sed del moribundo.
Hay gotas de lluvia,
de aromas y perfumes que evocan amores perdidos o desechados.
Pero hay otras gotas,
ácidas, 
asesinas,
que al caer
abrasan la piel que antes tuvo esencia de miel.
Gotas que carcomen, que hieden,
e inoculan un veneno mortal.
Gotas que hacen rebosar el vaso,
echándole tierra a la compresión y enterrando a la paciencia ingrata.
Esas mortíferas gotas destruyen castillos de barro flotando en el aire,
obras de arte perfectas que parecían de verdadera piedra, de mármol de lápida.